Periodismo de investigación 2.0
En la era del Internet, el periodismo investigativo está pasando por una renovación. Antes estos periodistas trabajaban solos, con una libreta de notas y una grabadora, los reporteros investigativos de ahora trabajan en redes regionales y más allá de las fronteras, con la ayuda de la tecnología y las herramientas que están revolucionando el proceso de reportería.
“La imagen del periodista investigativo como un lobo solitario, que trabaja en su escritorio en una esquina del mundo, ya no es del todo cierta”, dijo a IJNet Marina Walker Guevara, del International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ, por sus siglas en inglés).
Una reciente investigación de ICIJ sobre el comercio ilegal de tabaco a escala mundial, contó con la participación de 22 periodistas en 14 países, dispersos en distintas zonas. Con un grupo así, los reporteros hicieron seguimiento de hechos que van desde “falsificadores en China, fábricas ilícitas en Rusia hasta caudillos en Pakistán y África del Norte”, según explica ICIJ en su sitio Web.
Durante los 13 meses de investigación el grupo recurrió a un sitio virtual de trabajo, que era seguro y se caracterizaba por el alto nivel de colaboración. Ahí se compartieron documentos, fotos y videos. También pudieron colaborar con el trabajo de edición.
El producto final — Tabaco Clandestino — destapó un negocio multimillonario de tráfico ilegal que solamente contribuye al crimen, la corrupción, el terrorismo y los problemas de salud mundial a causa del tabaco. Se pueden ver los hallazgos en un paquete multimedia que contiene documentos públicos, fuentes e imágenes que fueron captadas por los reporteros de ICIJ.
“El periodismo de investigación se ha vuelto mundial”, dijo el director de ICIJ David Kaplan, quien además dirige el proyecto de Tabaco Clandestino. “Su uso se está expandiendo hasta los esquinas más lejanas del mundo, incluso a lugares que uno no se imaginaba, donde pueden matar a periodistas si reportan sobre algo que no debían”, añadió.
Como los periódicos se encuentran recortando sus recursos, los centros de investigación sin fines de lucro se están extendiendo, comenta Kaplan. Las primeras tres organizaciones dedicadas al periodismo de investigación eran de Estados Unidos: La Fundación para el Periodismo Investigativo (1969); Editores y Periodistas de Investigación (1975); y el Centro para la Investigación Periodística (1977).
Ahora existen más de 50 organizaciones a escala mundial y casi la mitad de éstas fueron creadas desde el 2000. Las redes mundiales de investigación como ICIJ — que cuenta con 100 periodistas en 50 países y busca expandirse — ofrecen plataformas a los periodistas que desean trascender las fronteras para hacer sus investigaciones. Centros locales y regionales, como Periodistas Árabes para el Periodismo Investigativo, el Centro Rumano de Periodismo Investigativo, y el Foro para Periodistas Investigativos de África, tienen la labor de conectar a periodistas con investigaciones, conferencias, y otras actividades.
El pasado agosto, la Conferencia Latinoamericana de Periodismo Investigativo premió los trabajos de periodistas que destaparon hechos de corrupción pública en Brasil y manejos de cuentas ilegales dentro la Iglesia Católica en Costa Rica. Son dos ejemplos de países donde no existe una tradición de periodismo investigativo.
“Investigar a toda una institución en Costa Rica, un país muy católico, no es una tarea fácil”, indica Guevara.
“Lo importante es que uno como periodistas establezca una metodología, o sea si se consigue una generación de periodistas capacitados en cómo llevar adelante esta clase de reportería — dice Kaplan — el resto se dará”.
Pero incluso en países con medios independientes, la investigación en los hechos puede presentar retos. En el caso de Tabaco Clandestino, el idioma, la cultura y las barreras tecnológicas fueron los desafíos que se presentaron al momento de investigar. Además, según Kaplan, de acuerdo a la región los periodistas tienen distintos niveles de capacitación y sus estilos y estándares varían.
“Por ejemplo, la labor de investigación secreta en el periodismo de EE.UU. es el último recurso, pero no necesariamente para muchos de nuestros colegas, para quienes trabajar en forma secreta es a veces la única opción”, explica Kaplan.
En China, Pakistán y Rusia, el grupo de Tabaco Clandestino se apoyó en la investigación secreta, gracias a la cual logró obtener imágenes que aparecen en el producto final. En algunos casos se utilizó una cámara diminuta. En China, el periodista Te-Ping Chen de ICIJ se hizo pasar por un contrabandista que hacía negocios en Ámsterdam. En la triple frontera de Sudamérica, donde se interconectan Paraguay, Brasil y Argentina, los periodistas tomaron imágenes usando lentes polarizados desde un automóvil.
Estas imágenes con audio complementan el material impreso de Tabaco Clandestino y permiten que las audiencias tengan diferentes formas de acceso a la información. Además de los 18 artículos de Tabaco Clandestino, el proyecto cuenta con audio y fotos de un contrabandista minusválido de El Paso y un ex agente de la FBI que posa como miembro de la mafia italiana. El video muestra la actividad dentro de una fábrica clandestina de cigarrillos en Rusia (ver video) y escenas del comercio en China. Un mapa interactivo muestra las rutas de contrabando, producción de cigarrillos para contrabando y puntos de embarco. Además una página que contiene enlaces a la información de otros sitios.
Debido a la naturaleza del tema, con sus personajes y complejidades, se utilizó material multimedia como componente central de la reportería, comentó Chen.
“Nos parece que la tecnología es fantástica y por supuesto tratamos de utilizarla [en Tabaco Clandestino] cuando estaba disponible, pero lo importante fue la reportería y el hecho de que los periodistas de ICIJ realmente conocen el terreno y las fuentes, entonces pudieron abrir puertas”, añadió Guevara.
Kaplan, que tiene más de 30 años de experiencia en periodismo investigativo alrededor del mundo, dice que los periodistas investigativos de hoy tienen que usar la tecnología como el gran instrumento “ecualizador”, ya que hay demasiados recortes en los recursos para el periodismo.
Actualmente ICIJ está invirtiendo en recursos para expandir el Proyecto UJIMA, una seria de base de datos, documentos e información para periodistas (por ahora sólo para África). Cuando el proyecto sea mundial, los periodistas podrán tener acceso a agencias extranjeras de registros, documentos de ventas de armamento, contratos de desarrollo, base de datos de Naciones Unidas y más, todo esto disponible en línea.
El mes pasado, ICIJ recibió en Washington el premio Knight-Batten en innovación periodística por Tabaco Clandestino. Este trabajo además ha destacado el problema del contrabando de tabaco a escala mundial en organizaciones como Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud y otros.
Pero incluso con las nuevas técnicas de reportería el periodismo investigativo se mantiene con los mismos principios con los que fue fundado, comenta Kaplan, y por tanto necesita de las mismas técnicas: pensar en fuentes múltiples, cómo indagar en los récords públicos, cómo entrevistar y cómo seguir las pistas, de gente, de dinero y de responsabilidad.
Kaplan compara el periodismo investigativo con “policías eficientes y fiscales honestos”, que tienen la esperanza de hacer el mundo un poco mejor.
“Nos sumergimos muy a fondo de temas complejos y vemos si la gente que tiene poder, en cualquier país, hace uso del poder de una forma responsable”, dice. “Así es como uno investiga”.
Para saber más sobre Tabaco Clandestino haga clic aquí. Visite ICIJ en Facebook.
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